domingo, 26 de febrero de 2012

¿(Re)Humanización?


Me gustaría abordar el problema de las ciudades, de la superpoblación que sufren ciertas regiones 
en contraste con otras prácticamente deshabitadas, regiones que se convierten en prácticamente 
desconocidas para nosotros, habitantes de la urbe. Hay un problema claro con el aconglomeramiento 
de personas en la ciudad, y es que se individualiza la sociedad, se simplifica la vida de la ciudad, 
se hace más homogénea, más aburrida, sin acción, los problemas sociales se nos hacen ajenos 
al no notarnos incluidos en el todo social. Y detrás de este problema como de tantos otros, 
está el capitalismo. 

Actualizando a Marx “El capitalismo ha sometido el campo al dominio de la ciudad. Ha creado urbes 
inmensas; ha aumentado enormemente la población de las ciudades en comparación con la del campo, 
sustrayendo una gran parte de la población al idiotismo de la vida rural [...] Ha aglomerado la población, 
centralizado los medios de producción y concentrado la propiedad en manos de unos pocos. La 
consecuencia obligada de ello ha sido la centralización política [...] una sola nación, bajo un solo 
gobierno, una sola ley, un solo interés nacional de clase y una solalínea aduanera.” El problema de la 
ciudad es la masificación, que hace que se pierda el sujeto del cambio social, y sin cambio social la 
sociedad no evoluciona, sin intercambio de información la sociedad muere. Claro está a quién beneficia 
esto y a quien no, una sociedad que solo se basa en la producción y en el consumo, no beneficia ni a la 
sociedad ni a su entorno, que como podemos ver sufre más que nadie por el incontrolable desfase 
energético que produce una ciudad. 

Pero el problema no solo es causado por el capitalismo, como diría Dostoievski: “Cada uno de nosotros 
es culpable ante todos, por todos y por todo.” Aunque claro, para que esta frase gane todo su sentido 
en nosotros igual deberíamos participar en las decisiones políticas de la sociedad, la máxima: del pueblo, 
por el pueblo y para el pueblo. Pero en un sentido más microsociológico lo que Dostoievski dice es 
bastante importante, pues ¿qué podemos hacer nosotros para cambiar lo que nos rodea, para influir 
en el medio, para vivir mejor nosotros y el resto de la sociedad? Creo que ante todo para cambiar la 
sociedad hay que empezar por cambiarnos nosotros mismos; dejar de creernos asociales, apolíticos, 
individuos aislados, y empezar a creernos que todos conformamos una sociedad y es nuestra 
responsabilidad cuidar de ella; como diría el filosofo Lévinas: “lo humano del hombre es desvivirte por el 
otro hombre. 

"Yo lo veo de vital importancia tanto para un buen desarrollo de la sociedad como individual de cada uno,
nos centramos en lo material, en lo artificial, en algo que no es más que un sucedáneo de lo vivo que 
intenta satisfacer nuestra carencia de inclusión social. Si pudiéramos superar eso, ¿os imagináis? una 
sociedad que avanzase a pasos de gigante gracias a la interacción de cada individuo que la conforma. 
Una sociedad donde el dialogo gobierne la calle, donde se traten todos los problemas con la dialéctica, 
donde nadie se sienta solo; eso me lleva a otra pregunta, ¿realmente existe lo privado, o lo privado es 
público? me explico: todos los problemas que nos afectan y que consideramos privados, realmente nos 
afectan en nuestra vida pública; un problema como el insomnio, privado, individual, que no compartes 
con extraños, realmente les afecta a todos ellos, estarás de mal humor, puedes dormirte en cualquier sitio. 
¿No sería mejor saber que puedes confiar en el resto de tus vecinos (entendiendo vecinos como el resto 
de la sociedad) en que te ayudaran si lo necesitas igual que tu les ayudarías a ellos? La gente se excusa
llamando a todo utopía para seguir en su conformidad y eso es caer en un error, que por otra parte nos 
puede ayudar a ver lo que Sartre dijo: “Una idea, antes de hacerse realidad tiene una extraña semejanza 
con la utopía.”

¿Cómo abordaría esta necesidad social? Pues primeramente como ya he dicho arriba creo que el cambio 
tiene que hacerse en uno mismo, tenemos que ser conscientes de nuestra posición en el cosmos, y dejar
de pensar que todo lo social nos es ajeno; el pensamiento individualista está muy extendido y desarrollado 
en nosotros y por eso nos costara ver cómo salir de él, pero es una necesidad empezar a (re)conocer de 
nuevo a la gente con la que convivimos. Y, a partir de aceptar que todos formamos parte de un todo 
actuar conforme a nuestros deberes, actuar de forma ética y responsable, interactuar con los demás 
como personas que son, desarrollar el dialogo, desarrollar la acción conjunta de todos; y poco a poco 
ir influyendo en nuestro entorno. 

Sin ir más lejos, ayer fui a pasear por la montaña nevada y me entristeció ver como dejamos un rastro de 
podredumbre por la blanca nieve, como estaban latas tiradas por el suelo, papel de aluminio, bolsas de 
plástico, ¿de dónde viene esta dominación de la naturaleza? ¿por qué nos creemos superiores a ella 
como para violarla constantemente? ¿por qué no se ha enseñado a la gente a cuidar de ella? A lo mejor 
es porque vemos a la naturaleza como un bien material mas, consumimos naturaleza. Si bien todos estos 
problemas son complejos no deja de ser menos cierto que todos pueden empezar con el cambio en 
nosotros mismos y de ahí extenderlo al resto de personas por medio del dialogo, no se convence a palos 
ni con leyes que impongan conductas, se convence argumentando, argumentando bien y entre todos.

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Mi opinión sobre el observador es que es una figura importante del grupo porque como bien han dicho es 
la memoria del grupo. Pero tal vez lo que menos me gusta del papel del observador es que tiene que estar 
callado todo el rato, yo creo que tal vez podría decir alguna idea suya que esté pensando para que sea 
discutida con el grupo, no interactuar constantemente sino una idea puntual en un momento puntual que 
puede ayudar al desarrollo del grupo.

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